Publicado el 29/10/2018
…Es fundamental la interrelación de los sujetos involucrados, a partir de la vinculación y el diálogo con las diferencias, en virtud de sus posibilidades y potencialidades reales para aprender con otros. Por lo tanto, se destaca la celebración de Acuerdos Institucionales de Convivencia, basados en valores, tales como el respeto, la disposición democrática, la coherencia, pilares de la convivencia democrática y la construcción de ciudadanía.
“... si los actores institucionales no se sienten parte de la escuela, no se logra la inclusión. Esto lo logramos a partir de la generación de tiempos y espacios de encuentro sistemático, desde una participación democrática, logrando una construcción colectiva.”
El equipo directivo y docente del Colegio Dante Alighieri de Río Cuarto- Córdoba- ha trabajado desde mediados del año 2016 y gran parte del Ciclo lectivo 2017 en el proceso de construcción del Acuerdo Escolar de Convivencia (AEC). Durante el Ciclo Lectivo 2016 se llevaron adelante acciones como: Talleres de discusión en torno a las “Relaciones de la escuela con la familia y la Comunidad”. A inicios del Ciclo Lectivo 2017, se profundizó en la temática a través de reuniones de personal, realizando lectura de la normativa que regula los acuerdos como la Resolución N°239/14 del C.F.E. y la N° 558/15 del Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba. Se acordaron los valores que estarán a la base de la normativa escolar: solidaridad, respeto, tolerancia, responsabilidad, compromiso.-
En el marco de este proceso, se consideró importante plantear una nueva instancia para analizar los sentidos y los desafíos del nivel escuchando voces diferentes que dialogan: la del directivo, los profesores/maestros, es por ello que se invitó a las familias por sala a reflexionar de manera conjunta haciendo foco en el factor socioeducativo del Jardín. En este encuentro se contó con la presencia de un representante del equipo de maestranza, uno de los pilares fundamentales para que la convivencia institucional.-
“Comunicarnos, escucharnos, eso nos daría mucha autoridad. Conocer sus miedos, sus fantasías, sus temores, qué les gusta, qué no les gusta. Sin autoridad no hay reconocimiento, y si no hay autoridad tampoco hay aprendizaje (...)
Porque todo lo que diga el maestro, si el maestro no es creído, querido, respetado, todo lo que el maestro diga entra por una oreja y sale por la otra, no produce ningún efecto sobre el estudiante.”(Tenti Fanfani 2011, video 5:29-5:38; 5:45 -5:58)
Al mismo tiempo, se realizaron grupos de trabajo con estudiantes, en relación con ejes similares, además, reflexionaron, analizaron situaciones conflictivas, se realizaron reformulación de las normativas actuales explicitadas en el Cuaderno de Comunicados 2016. El objetivo de hacer partícipe a los estudiantes asumiendo responsabilidades compartidas en la construcción de la norma, favorece su efectiva apropiación. De allí la importancia que se otorga a la construcción de acuerdos que posibiliten a los estudiantes ejercer plenamente su derecho a ser escuchados, a comprometerse, a involucrarse como parte de su ejercicio de ciudadanía y de su formación para la vida democrática.-
Como lo expresa UNICEF y la FLACSO: “…todo esto permite inferir que la construcción de los Acuerdos Escolares de Convivencia (AEC) implica mayor grado de participación de todos los integrantes de la institución educativa y profundización del sentido de pertenencia.”
“Es por eso que un aula y una escuela también son lugares donde la verdad de la palabra no depende del estatuto del que pronuncia esa palabra; el que tiene razón en la clase, en la universidad y en la democracia no es el más fuerte, no es el que grita más ni el que presiona a los demás: es el que sabe convencer. Necesitamos volver a descubrir ese valor fundamental constantemente en la democracia, se trata del valor de la convicción sin humillación.”
(Meirieu, 2015, p.10)
La formulación de los acuerdos logrados nos hacen pensar posibles caminos para la Educación Inicial, al mismo tiempo, formularnos nuevos interrogantes en torno a la participación de las familias en la escuela, las posibilidades de construir nuevas formas de vincularnos entre estudiantes y profesores, y llegar a la resolución de conflictos al interior de las Instituciones.
Valoro enormemente el compromiso de cada una de las familias que participaron en estas discusiones, aportando su experiencia y en particular, el de todos los estudiantes que han compartido su miradas críticas y constructivas acerca de la Educación Inicial, con tanto entusiasmo e interés. Agradezco muy especialmente, al equipo de docentes y profesionales del colegio que participaron con su saber, a través de valiosas producciones. Como los aportes vertidos por el personal de maestranza
Dificultades reconocidas durante el proceso de construcción de los AEC.
El “tiempo Institucional” fue uno de los aspectos considerados como debilidades, teniendo en cuenta que los diferentes actores institucionales contaban con tiempos reducidos para participar de los encuentros, debido a sus múltiples compromisos y responsabilidades.
Otro aspecto a destacar fue la viabilidad de “pensar con otros”. Ya que la intensidad en la participación de quienes tienen la palabra, es considerado un aporte sumamente valioso para llegar a conclusiones de manera sencilla y eficaz.
Desafíos que nos quedan para afrontar.
Con estos aportes esperamos contribuir a complejizar la mirada sobre la Educación Inicial y pensar en alternativas de mejora que reúnan las perspectivas de todos los actores que integran el Nivel. Incorporando nuevas formas de resolución de los conflictos, implementando los Consejos de Convivencia con voces de distintos actores, con la aplicación de acciones reparadoras como sanciones y la habilitación de la palabra y la escucha activa…”
Susana Mercedes Oviedo de Terzaghi
Directora de Nivel Inicial y Primario
“....el acuerdo de convivencia, viene muy bien por ser un documento, es un respaldo para la escuela, nos da un poco de tranquilidad. Siempre tenemos que verlo como un posible riesgo de que se transforme solamente en letra escrita, y que perdamos de vista la cuestión de los vínculos personales (...) la escuela tiene que ser también un lugar de afectividad, donde las personas puedan sentirse queridas, respetadas, valoradas...”
Por ello, no se aceptarán agresiones físicas, ni verbales, entre los miembros de la comunidad. Tampoco se aceptarán expresiones que afecten a los derechos de otra persona.
Por tal motivo, no se aceptará la rotura del mobiliario del Colegio, útiles de pares o del colegio, pertenencias de profesores o personal de maestranza y/o integrante de la Comunidad Educativa.
Por ello, no se aceptará falta de respeto al cantar el himno (nacional / italiano) y al momento del izado y arrío de la bandera. Como tampoco se permitirá ningún tipo de manifestación de discriminación.-
Por tal motivo, ante el incumplimiento de este acuerdo, se trabajará y se reflexionará con el estudiante para concretar acciones que posibiliten la concreción de este valor.
“Los actos de indisciplina, las alternativas de la desobediencia estudiantil, las transgresiones a las normas, las arbitrariedades de ciertos maestros y los conflictos escolares son tan antiguos como la propia escuela: forman parte de la vida cotidiana y son constitutivos de los intercambios simbólicos entre docentes y estudiantes en el contexto de cada época. Reconocer esto nos permite pensar el conflicto no como sinónimo de violencia sino justamente como lo contrario. El aumento de las situaciones de violencia en nuestras sociedades no se produce por la existencia de conflictos, sino precisamente por los intentos de anularlos, de evitarlos, de neutralizarlos.”
FLACSO, 2011
Nuestra institución educativa ha incorporado en sus Acuerdos de Convivencia una categorización a las transgresiones como criterios consensuados y graduales.-
Ante conflictos en la cotidianeidad de la escuela o ante la emergencia de otros particulares o de carácter excepcional, las formas de reparación/sanción estarán centradas en propuestas que favorezcan su carácter educativo, progresivo y proporcional, garantizando en todo momento “el derecho de todos los estudiantes a ser escuchado”.-
“Criterio de proporcionalidad” principio general en la relación sanción- trasgresión:
Se considerará “falta leve” al comportamiento que interrumpe el normal desarrollo de las actividades escolares o acciones que están naturalizadas y perturben y/o molesten a otros. Tales como:
“Criterios de gradualidad” ante el incumplimiento de las normas de convivencia. (Posibilidad de establecer procesos previos crecientes de sanción teniendo en cuenta la trayectoria educativa de los actores).
Se considerará “faltas moderadas” cuando la transgresión de la norma ponga en riesgo al propio estudiante, a los pares, a otros integrantes de la institución y al edificio escolar. Tales como:
“Criterios de gradualidad” ante el incumplimiento de las normas de convivencia. (Posibilidad de establecer procesos previos crecientes de sanción teniendo en cuenta la trayectoria educativa de los actores).
Se considerará “faltas graves” a aquellas actitudes que trasgredan las normas afectando y/o perjudicando a la propia persona, a los demás integrantes de la institución y al edificio escolar.-
“Criterios de gradualidad” ante el incumplimiento de las normas de convivencia. (Posibilidad de establecer procesos previos crecientes de sanción teniendo en cuenta la trayectoria educativa de los actores).
- Frente al estado de situación que delinean las problemáticas señaladas, es posible pensar alternativas que actúen como propuestas superadoras o de sostenimiento de los acuerdos alcanzados:
- Promover instancias de encuentro y diálogo entre directivos, docentes, familias, estudiantes y otros actores comunitarios (a través de jornadas de convivencia, celebraciones, festivales, etc.) a fin de afianzar lazos de pertenencia y cooperación.-
- En este sentido, sería importante generar nuevos espacios para fortalecer los vínculos, dando lugar a la escucha desde un plano más humano; oportunidades para incentivarla manifestación de sentimientos y emociones que permitan reconocer a los diversos actores de la institución, saber más de sus aspiraciones, temores e interrogantes.
- Fomentar espacios, de carácter institucional, articuladores de emoción, pensamiento, lazo social, proyección comunitaria, para promoverla autovaloración y el reconocimiento del otro, fortaleciendo el sentido de pertenencia y “el querer estar” en la escuela.
- En las voces de los participantes en el encuentro surge como recomendación el fortalecer los vínculos interpersonales a través de la optimización de tiempos y espacios para el encuentro de todos los actores institucionales; en este sentido, es decisivo que las acciones no sean ocasionales y esporádicas, sino planificadas y sostenidas en el tiempo.
- Fortalecer ámbitos institucionales de diálogo(contemplando la participación democrática de los estudiantes)tales como consejos de convivencia, equipos de gestión, Consejos de Clase, etc. En diferentes contextos, será necesario prestar especial atención al fomento de la participación de aquellos estudiantes que estén en situaciones de vulnerabilidad o expuestos a diversas situaciones de violencia.
- Otorgar sentido a los Acuerdos Escolares de Convivencia mediante una construcción consensuada, comunicada, revisada, coherente, sostenida y evaluada.
- Centrar el esfuerzo en trabajar para la construcción de un proyecto educativo comunitario, que dé sentido y articule un ambiente de trabajo cooperativo y solidario, que ayude a enfrentar con éxito el malestar y los conflictos.-
- Orientar la prioridad de uso de medios y recursos hacia un trabajo centrado en los estudiantes y en el fortalecimiento de sus trayectorias escolares, en el marco de una pedagogía inclusiva.
- Será necesario fortalecer una gestión institucional que actúe “en situación” de orientación (Ferreyra y Peretti, 2006; Ferreyra coord., 2009; Romero, 2009) que sostenga “Una gestión abierta, que predisponga a la escucha entre los diferentes actores, que propicie el diálogo y “haga lugar” al ejercicio pleno de los roles profesionales”.(Di Francesco, 2011;en añudo Guerra y Ferreyra coord.2014,170)
- El proceso demanda superar una concepción basada en la jerarquía, según la cual la autoridad reside en el directivo, se delega en los docentes y se ejerce sobre los estudiantes, para avanzar en una construcción con base en el liderazgo distribuido (Murillo, 2006), en la que se reconocen los derechos y deberes de cada uno, se comparten las responsabilidades y se desarrollan prácticas de gestión más democráticas “fundamentadas en el respeto mutuo, la justicia, la imparcialidad y la cooperación” (Del Bono coord., 2014, p.25).
Se trata, en síntesis, de reorientar esfuerzos intersectoriales hacia una
Educación convivencial, esto es, a los desafíos de vivir con los otros y entre los otros, y al mismo tiempo instalando esta con – vivencia como recurso fundante del aprendizaje.