Publicado el 25/10/2020
Así te recordaremos, querido profe Marcos. Siempre con una sonrisa, siempre dispuesto y solidario con tus compañeros, tan responsable, tan noble... tan de "buena madera", como suele decirse. Y mientras escribo se me triza el alma porque no encontramos consuelo. ¡Qué vacío!
No nos diste tiempo ni siquiera a imaginarlo porque te esperábamos profe, te esperábamos para hacerte la bienvenida. Dios tiene sus razones, lo sé, pero esta vez no entiendo y le he preguntado muchas veces por qué. Dicen que el tiempo cura pero creo que esta vez solo acomodará las cosas y nos ayudará a todos a hacerte un lugar en el corazón de cada uno.
Sé que se debe soltar. ¡Vaya si lo sabré! Pero esta vez cuesta y duele...
Gracias por tu ejemplo. ¡Cuánto nos has dejado!
Aún me da vueltas en mi cabeza tu último mensaje: "Los dos sabemos de qué se trata esto. Hay que tener fuerza". ¡Ay qué dolor, mi profe querido!
Sé que estarás con nosotros, quizá en forma de ángel o como cada uno lo sienta, y nos guiarás para aprender a no enojarnos y a ser serenos tal cual vos caminabas por la vida.
Ahora... descansá tranquilo mi querido profe y va'... va' a prendere il tuo posto nel cielo! (Ana)
Tu familia de La Dante